Con los menores debe haber una parte de protección de la norma y otra de los padres y el sistema

Artículo de David García en El Ideal Gallego. Publicado el 6 de mayo de 2017.

El Consello Social de la Universidad y el Colegio Oficial de Médicos de A Coruña organizan estos días el Medical Entrepreneurship Lab (MEL), jornadas con expertos en el ámbito de la medicina, la innovación y el emprendimiento como Daniel López, abogado experto en derecho tecnológico, quien considera que se avanza en la dirección adecuada.

¿Cómo fue la participación en esta actividad?

Los asistentes se encontraron dos partes que complementan esta idea. Por una parte, la del punto de vista técnico, del hacking, y luego con las nuevas tecnologías que se están implantando en el ámbito de la salud, qué cuestiones desde el punto de vista legal hay que tener en cuenta.

¿Ha percibido un aumento importante en los últimos años con las cuestiones sobre privacidad y protección de datos?

Sí, porque las personas cada vez son más conscientes de la importancia de su privacidad y datos personales, y cuando hablamos de innovación, los datos no dejan de ser la moneda de cambio de la economía digital. Además, estamos en un momento de cambio normativo con un reglamento europeo a partir de mayo del año que viene, por lo que es un momento en el que la privacidad está cada vez más de actualidad.

¿Está adecuado el ámbito normativo a la actualidad?

Venimos de un sistema normativo muy tutelado, en el que la propia norma nos decía hasta las medidas de seguridad que teníamos que tomar y eso en algunas cuestiones hacía que el sistema no fuera efectivo al 100% y en otros muy encorsetado. Con esta nueva normativa, habrá mayor flexibilidad, garantizando los derechos de las personas y que el avance tecnológico no se paralice.

¿Internet ha propiciado un cambio en el ámbito de la privacidad y la protección de datos?

Vamos evolucionando en un concepto de privacidad individual “yo y mis circunstancias” más parecido a la aldea gala, a que internet haya cambiado la forma en la que nos relacionamos y trabajamos, con lo que vamos hacia un concepto de privacidad global en el que hace falta que los propios estados tengan normas homogéneas, políticas más transversales y que al final no sea solo un derecho de España o de la Unión Europea, sino global.

¿El ámbito de los menores y los límites de su responsabilidad qué le parece?

Una cosa es que nuestra norma fijaba una edad a partir de los 14 años de capacidad para consentir el tratamiento de datos personales y que la normativa europea eleva la edad. Otra cosa es que cada vez hablamos más de los nativos digitales. El menor se desarrolla muy apegado a la tecnología y muchas veces es muy difícil implementar diversos controles para verificar la edad. Tiene que haber una parte de protección por parte de la norma y por otra labores de concienciación y educación tanto de los padres como del sistema.

¿Qué conocimiento tienen los menores sobre estos aspectos?

No es tanto un tema de conocimiento porque son muy conscientes del manejo de la tecnología, sino de la exposición y las repercusiones que puede tener en el futuro cuando puedan ir creciendo. Una fotografía en un momento determinado, ahora puede no ocasionar ningún problema, pero luego puede ser accesible por terceros y usada incluso con fines ilícitos. También tenemos el problema de esa autorización para el uso de los datos personales, que en internet es complicado.

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